Apegado a las fábulas como la de la Inmaculada Concepción y con una mentalidad democrática incomprensible, el papa Pío IX justificó el rapto de un niño judío por el bien de su alma, pensando en los propósitos de las bienaventuranzas, con la excusa de que había sido bautizado por la fe católica.
PERIODISTA: En un acto cruel, criminal y con triquiñuelas jurídicas, usted secuestró al niño judío Edgardo Mortara, horrorizando a su familia y al mundo civilizado.
PÍO IX: Sí, mas lo hice apegado a la normativa de los Estados Pontificios, con el deseo también de librar a este niño del satanismo hebreo. Si fue bautizado, debe ser educado en la fe católica bajo el amparo de la Inmaculada Concepción.
PERIODISTA: Todos, incluyendo al presidente estadounidense, le solicitan y le ruegan que devuelva al niño a sus padres judíos, y cerrar así este delictivo capítulo de su peculiar papado.
PÍO IX: Yo, el papa jamás seré un delincuente y el niño va a ser un sacerdote católico, lo prometo.
PERIODISTA: Entonces no se trata de un secuestro express.
PÍO IX: No, no, no. Eso sería muy irresponsable y bárbaro.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
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