CLIENTE: ¿Cuánto cuesta el coito?
PROSTITUTA: Cincuenta dólares.
CLIENTE: ¿Aceptas cheques?
PROSTITUTA: No, el sexo es en efectivo.
CLIENTE: ¿Qué me ofreces?
PROSTITUTA: El servicio tradicional. Si quieres un tiritón la tarifa aumenta, dependiendo del jugueteo.
CLIENTE: ¿Cuánto dura el acto?
PROSTITUTA: El precio te alcanza para cuarenta y cinco minutos, lo equivalente a una hora pedagógica.
CLIENTE: Si solo ocupo diez minutos ¿hay rebajas?
PROSTITUTA: No, el mínimo son cincuenta dólares.
CLIENTE: ¿Y si ocupamos la casa cercana de un amigo?
PROSTITUTA: La tarifa mínima no varía bajo ninguna circunstancia.
CLIENTE: ¿No crees que es demasiado por una cópula?
PROSTITUTA: Es el precio barato de una ramera barata.
CLIENTE: Necesito sexo ahora y solo tengo diez dólares. Dame un crédito blando o menos tiempo en el catre, por favor.
PROSTITUTA: amigo, otra vez vienes con la misma ranchera, con la misma cantinela. Revísate, estás rancio.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁ
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