-Yo escucho el rock de Hendrix, de Joplin, fumo marihuana y me compro ropa cómoda, disculpa.
-Somos una contracultura que combate el consumismo y la violencia, la maldita guerra de Vietnam.
-Estoy en contra de esa maldita guerra y de la violencia, y todos los hippies que hacen millonarios a los músicos que participaron en Woodstock comprando sus discos también son tan consumistas como cualquiera. La discográfica fabrica los productos que sus clientes están dispuestos a adquirir, y tú eres un comprador más. Los más contentos con el rock inmaculado son los vendedores de discos, de alcohol, de drogas, de poleras, de cigarros y tantos otros. El rock puro y consecuente fomenta y es parte del más miserable de los consumismos. Es el alma misma de todo aquello que dice criticar. El malévolo Vietnam no sólo fue un negocio para los mercaderes de la guerra.
Del blog índice LAS SOTANAS DE SATÁN
http://lassotanasdesatan.blogspot.com
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